viernes, 12 de junio de 2015

Sobre el chichi de Leticia Sabater y las operaciones vulvares.

La semana pasada encontraba en el periódico esta noticia: 

Posteriormente me pasaron un vídeo donde la susodicha explicaba que había ido al psicólogo y al pensar que no tenía ni idea (el psicólogo, por supuesto) había dado la solución a sus problemas yendo a una clínica a operarse (pelillos de punta se me ponen de las perlicas que suelta de principio a fin)

A ver, hablemos claro. Obviamente es una estrategia de márketing y de promoción, pero CUIDADO, este tipo de mensajes se hacen virales enseguida y puede llegar a mentes que se planteen de verdad: "¿Tendré que operarme mi chichi para disfrutar más?"

La respues es NO. Sobre ello tendría que escribir parrafadas (espero poder hacerlo en formato vídeo).
Sobre el tema de la reconstrucción del Himen (que parece que es lo que más ha resonado), ésta operación se empezó a poner de moda en occidente con el objetivo de "regalar a tu marido tu segunda virginidad". He encontrado este video que habla de ello bastante clarito:



Para disfrutar más NO tenemos:

-Que hacer ninguna intervención en nuestros genitales (mucho cuidado con todo lo que no se cuenta del pos operatorio y de la pérdida de sensibilidad, aparte de que es una gran engañina de la industria para "vender" nuevas necesidades valoradas en miles de euros.
-Que estar depiladas
-Que nuestro chichi huela a rosas
-Que tener himen (¿¿hola?? si piensas esto lee sobre el clítoris un poquito)
-Que intentar gustar y agradar todo el rato
-Que tener un cuerpo estilizado 
-etc, etc etc...

Para disfrutar más en nuestra sexualidad (individual o compartida) tenemos que estar dispuestas a romper con todos esos mitos y tabúes que nos han metido en vena (sobre todo a las mujeres) en torno a nuestro cuerpo sexuado. Tenemos que PERMITIRNOS el placer, tenemos que coñocernos, leer para que nos ayude a superar esas barreras mentales, hablar muy clarito entre nosotras y acompañar a las que vienen por detrás, sanar heridas (si tenemos) nuestras y de las mujeres de nuestra familia, y saber que la capacidad placentera esta dentro de TODAS LAS MUJERES. y que ese poder, ya está en mí. No en manos de ningún cirujano/a o de otra persona.



Y si tenemos algo que nos rechina, que nos preocupa o alarma en torno a nuestra vivencia como mujeres o nuestro cuerpo sexuado, pidamos ayuda a alguna profesional especializada que nos dé confianza yq ue nos resuelva nuestras dudas. (Muchas veces nos preocupamos mucho en silencio por temas relacionados con nuestra sexualidad y una profesional nos puede ayudar y tranquilizar en diez munitos).



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